22.9.06

La carta-bolero sustraída

Amada amante,

Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones, que este amor que tú me has dado, este amor que no esperaba es aquel que yo soñé. Quiero decirte que nomás nos queda esta noche para vivir nuestro amor, ya que mañana partiré hacia la locura y en mi barca yo me iré a naufragar.

Dicen que la distancia es el olvido pero yo no concibo esa razón, porque ya te he comenzado a extrañar y en mi almohada no te dejo de pensar; me haces falta, mucha falta, no sé tú. Te he buscado dondequiera que yo voy, pero no te puedo hallar y me muero por llevarte al rincón de mi guarida porque guardo tu sabor, pero tú llevas también sabor a mí.

Si puedes tú con Dios hablar, amor mío, pregúntale si yo alguna vez te he dejado de adorar. Sí, alma mía, la gloria eres tú. Es tu palpitar, es tu cara, es tu pelo, capullito de alhelí. ¿Quién me va a curar el corazón partío cuando ya no estés?

Por eso, quiero verte esta noche, para darnos el más dulce de los besos y recordar de qué color son los cerezos pues no hay nada en este mundo, ni más grande y más profundo que el amor que yo te dí.

Si nos dejan, haremos con las nubes terciopelo, juntitos los dos, así que por favor, cuidate del Ministro.

Te espero,

Yo


Lily