22.3.07

La sombra zen

Foto: Liliana Muente

En la bóveda de la tarde cada pájaro es un punto

del recuerdo.

Asombra a veces que el fervor del tiempo

vuelva, sin cuerpo vuelva, ya sin motivo vuelva;

que la belleza, tan breve en su violento amor

nos guarde un eco en el descenso de la noche.

Y así, qué más que estarse con los brazos caídos,

el corazón amontonado y ese sabor de polvo

que fue rosa o camino.

El vuelo excede el ala.

Sin humildad, saber que esto que resta

fue ganado a la sombra por obra de silencio;

que la rama en la mano, que la lágrima oscura

son heredad, el hombre con su historia,

la lámpara que alumbra.

Julio Cortàzar